PR-CV 314 – Espadilla – Peña Saganta (más variante castillo de Espadilla)
Peña Saganta se erige como una majestuosa atalaya de Espadilla con sus 723 metros de altura y su impresionante cara sur, una imponente pared caliza de cerca de 200 metros completamente verticales.
Dejamos el coche en el campo de futbito de Espadilla, lugar donde empieza el sendero PR-CV 314, sendero que seguiremos durante todo el recorrido, y empezamos a seguirlo.
El sendero, en primer lugar, nos lleva hacia el Jardín Botánico de Espadilla, un pequeño recinto que nos muestra las plantas que podemos encontrar en los alrededores.
El camino, primero, avanza por una pista mientras va ganando altura muy suavemente.
Tras unos metros el sendero se va estrechando hasta legar a un poste indicador, momento en el que la pista se transforma en un estrecho sendero.
Aquí el sendero va serpenteando entre pinos y monte bajo mientras se va adentrando en el barranco de la Piqueta.
Justo en el momento en el que alcanzamos el cauce del barranco realizamos un brusco giro a la izquierda para abandonarlo y empezar una fuerte subida por terreno algo descompuesto.
Tras ganar unos metros, volvemos a dejar abajo el barranco para, de nuevo llaneando, ir avanzando metros entre el pinar, justo a los pies del castillo de Espadilla.
Continuamos avanzando muy cómodamente mientras aprovechamos para realizar fotos del impresionante entorno que nos rodea.
Al rato de continuar, volvemos a cruzarnos con el cauce del barranco de la Piqueta, metros antes de toparnos con la fuente de la Piqueta.
Aquí, de nuevo, nos tocará realizar un brusco giro a la izquierda.
Volveremos a subir rápidamente dejando el barranco bajo nuestros pies, pero no durará mucho, ya que nos tocará volver a cruzarlo pocos metros más adelante.
Poco antes de meternos de nuevo en el pinar, si nos giramos, podremos contemplar el omnipresente Peñagolosa, el gran Gigante de Piedra visible desde casi toda la geografía castellonense.
De repente, el bosque desaparecerá para dejar paso a un manto de boj, solo manchado por alguna formación de caliza y el propio sendero.
Esta será la señal que nos indicará que hemos llegado a un pequeño collado.
Aquí nos tocará perder algo de cota por un terreno cada vez más incómodo de caminar.
Tras un cruce, situado en el barranco de la Carbonera, volveremos a empezar a subir.
Conforme vamos avanzando, cada vez es más presente la roca caliza, seña de identidad principal de toda la comarca del Alto Mijares.
Al poco rato, llegamos a la loma de la Peña Saganta, desde la que ya es bien visible su plana cima, nada que ver con su agreste cara norte.
Continuaremos llaneando hasta dar con un pequeño collado, que es el cruce que nos llevará hasta la misma cima.
Por suerte, aquí el sendero está muy pisado y bien marcado, ya que con la inmensa cantidad de matorrales sería fácil perderlo.
Y por fin, tras un buen rato de subida, llegamos a la cima de Peña Saganta, con sus 723 metros de altura.
Desde aquí las vistas del valle del Mijares son impresionantes y nos permiten divisar infinidad de montañas y poblaciones; lástima de la calima, ya que ciertamente desde aquí sería visible el mar.
Al llegar de nuevo al collado seguiremos recto por el mismo sendero PR-CV 314.
Tras un breve llaneo, enseguida empezamos a descender por un sendero bastante vertical y algo descompuesto que pondrá a prueba nuestras rodillas.
Una vez que realizamos un giro hacia el este, nos damos de bruces con un pequeño montículo de piedras que resulta ser un aljibe.
Tras hacer las fotos continuamos descendiendo, ahora por un terreno mucho más llano y agradable de caminar.
Al poco rato llegamos a un pequeño claro con una paleta indicadora y desde la que ya podemos divisar el río Pequeño.
Ahora iremos avanzando por debajo de los riscos de la Peña Saganta, siempre con el Turio a nuestra derecha.
El sendero va descendiendo poco a poco mientras la montaña nos muestra impresionantes estratificaciones, así como el precioso cañón labrado por el río Pequeño.
Al rato de dejar atrás los paredones, ya cuando podemos divisar la cara este de la Peña Saganta, el sendero se vuelve mucho más amable.
Iremos avanzando hasta realizar un giro al oeste, momento en el que nos adentraremos en el barranco de la Carbonera.
Una vez cruzado, el camino volverá a avanzar bordeando unas bonitas estratificaciones siguiendo un sendero empedrado.
Al poco de dejar atrás esta pared, ya con la cima norte de Peña Saganta bien visible, nos encontraremos con el desvío hacia el castillo de Espadilla.
En esta primera parte de ascenso al castillo, aunque el sendero continúa más hacia arriba, no presenta ninguna dificultad y avanza tranquilamente entre el frondoso pinar.
No es hasta realizar un brusco giro a la izquierda que el sendero empieza a serpentear de forma mucho más vertical, de modo que incluso nos tendremos ayudar de las manos en algún punto.
El tramo realmente delicado llega justo al final, ya en la base del castillo, donde nos encontramos con un pasamanos de cuerda.
Tras ir avanzando con cuidado por la arista por la que está la muralla del castillo, por fin llegamos a lo que era su torre.
Este castillo de origen islámico se sitúa a una altura de 543 metros y, situado en la agreste cresta que separa los barrancos de la Carbonera y la Piqueta, aún conserva parte de su torre, algunos restos de su muralla y un pequeño aljibe, con el que hay que tener mucho cuidado, ya que se nos aparece como un agujero en el suelo que no está indicado.
Una vez realizadas las fotos de rigor, toca empezar la parte más delicada de la ruta, el descenso por la descompuesta y resbaladiza cresta del castillo.
Ya con la parte más delicada superada, solo nos queda deshacer el camino andado hasta llegar al cruce.
Desde aquí ya solo nos queda seguir un suave descenso por un sendero muy bien conservado mientras observamos cada vez más cerca el pueblo de Espadilla.
Enseguida nos veremos caminando por encima del campo de futbito, lugar donde hemos dejado el coche y donde finaliza nuestra ruta.