Setas
Nuestra tierra se caracteriza también por la riqueza de las setas. Los meses de otoño forman parte de la temporada micológica en nuestra comarca. Muchos visitantes se acercan a nuestro territorio para encontrar este magnífico producto culinario.
Frito
El frito, conserva de cerdo o carne a la orza, es una receta que se hace normalmente en los meses de invierno y con motivo de la celebración de la matanza del cerdo. Este tipo de cocina permite la conserva de la carne (lomo, costilla, chorizo o longaniza) durante todo el año. Se trata de freír en aceite al ajillo unos filetes gruesos de lomo de cerdo, costilla, longaniza o chorizo. Después, se colocan en botes de vidrio, juntos o por separado, y se cubren con aceite de oliva. Dejamos los botes en un lugar fresco y seco o en la nevera y tendremos carne lista para el consumo en cualquier momento. También hay que decir que esta técnica de conservación de alimentos se repite en diferentes tipos de carne, como podría ser con el conejo.
Coquetes de confitura
Típica receta de pastas a lo largo de la historia. Se trata de hacer una especie de empanadilla dulce. En el interior se pone confitura, que se obtiene de mezclar la carne de la calabaza, miel y azúcar. Por encima de la pasta que cubre la confitura se espolvorea un poco de azúcar. El día de San Antón, se reparte una coqueta de confitura a todos los participantes que bendicen a sus animales.
Almendras garrapiñadas
Típica receta que se suele hacer en los meses de invierno. Se basa en la mezcla de una parte de agua, una de azúcar y una de almendras en una sartén hasta que el azúcar se deshace en el agua y consigue impregnarse en la piel de la almendra. A veces esta receta puede resultar complicada en cocinas de vitrocerámica, ya que se debe controlar de forma muy exacta la temperatura del azúcar para que no se quede todo junto en una masa de azúcar y almendras, ya que, si no, obtendríamos guirlache.
Tortilla en mullador
Consiste en hacer una tortilla de arroz, sin cocerlo. Una vez hecha, se hierve con caldo de carne hasta que el arroz está cocido.
Pilotes
Plato típico para celebrar el Navidad o Carnaval. Consiste en hacer una especie de albóndigas grandes que llevan el pan como base. Estas albóndigas llevan un buen sofrito de magro, queso curado, huevo, ajo y perejil. Los dos últimos ingredientes no se añaden en todas las casas por igual. Una vez hechas las albóndigas se hierven con caldo de carne. La parte más difícil de este plato es la medida exacta del huevo, ya que, si se añade demasiado, la pilota quedará muy dura y poco agradable; pero si, en el caso contrario, lleva poco, la pilota se deshará cuando la hervimos con el caldo.
Cristos
Patatas a la brasa: se suelen comer el día en el que la gente del pueblo va a la montaña a coger leña para hacer la barraca con motivo de la celebración de San Antón. Se suelen acompañar con cebolla con vinagre y ajos cocidos con el calor de la brasa.
Pataques petorreres
Esta variedad de patatas (Helianthus tuberosus) se caracteriza por producir gases si se comen muchas, de aquí proviene su nombre popular. Normalmente se consumen maceradas previamente con vinagre, como si fueran pepinillos o guindillas en vinagre.
Almendras con ajedrea
Las almendras tiernas, que no tienen cáscara dura, se ponen dentro de un bote con agua, sal y ajedrea (planta labiada aromática, ramosa, de hojas estrechas lanceoladas y flores blancas o violetas, cuyas hojas e usan como condimento).
Caracoles
El caracol siempre ha sido un animal que ha estado presente en la gastronomía local. En el ambiente natural y geográfico en el que estamos podremos encontrar dos tipos de caracoles: los caracoles de huerto o negros y los caracoles blancos o baquetes. El primer tipo de caracoles se encuentran básicamente cerca de las hortalizas y de los lugares húmedos. No destacan por su carne sabrosa, por lo que se tienen que cocinar con un buen sofrito o salsa. En ocasiones se guisan con algún tipo de carne, como podría ser el conejo. En cambio, el segundo tipo de caracoles se encuentran en lugares más rocosos y secos, son muy escasos, pero al mismo tiempo muy sabrosos, ya que se alimentan básicamente de romero o tomillo, por tanto, cuando se cocinan no es necesario acompañarlos con una gran cantidad de salsas o especias, ya que tienen mucho sabor. Se suelen añadir en la paella.
Llanda
Es una de las recetas más típicas del municipio. El día 17 de agosto, y como culminación de las fiestas patronales, se celebra una cena popular en la plaza de la Bassa, en la que todo el pueblo prueba este plato, elaborado durante este día por voluntarios del pueblo. Consiste en un plato de patatas y cordero hecho en el horno. Se confecciona en un recipiente de lata, de aquí proviene su nombre. En esta superficie se pone una cama de carne, se puede hacer con carne de ternera, pero lo más común es hacerlo con carne de cordero. Encima de esta cama se añaden patatas a rodajas y, para rematar, se añade perejil, cebolla, ajo, pimiento rojo, pimentón dulce y canela al gusto. La cocción de este plato se hace en el horno antiguo de leña del pueblo, que se encuentra dentro del bar y es un recurso muy valorado por todos los vecinos.
Artesanía de alpargatas
El pueblo de Villores se ha dedicado a la elaboración de alpargatas desde tiempos inmemoriales. Aunque la agricultura y la ganadería han sido siempre una importando fuente de riqueza para la población, la industria artesanal de la alpargata pasó a ser el motor de su economía desde finales del siglo xix hasta la década de los 50, y vivió su época dorada en el período comprendido entre las dos guerras mundiales. Posteriormente, la liberalización de la economía y la creciente facilidad para importar materias primas comportaron una fuerte crisis de esta industria y la emigración de gran parte de la población de Villores hacia Cataluña y Castelló de la Plana. La tradición, sin embargo, arraigó tan fuerte en el pueblo que aún hoy se pueden ver personas elaborando alpargatas de esparto o cáñamo a la entrada de casa o en la calle misma, cuando el tiempo lo permite.