Para encontrar los primeros habitantes de la población nos tendremos que remontar a épocas remotas. Se conocen asentamientos iberos, lo que nos da muestras de que desde los tiempos prehistóricos la zona ha estado poblada. Existen referencias escritas en tiempos de la dominación romana que hablan de unas tribus que bien pudieron haber estado asentadas en esta zona. Tras la dominación romana, la población cambió su ubicación original, asentándose en donde hoy podemos encontrarla. Restos de estos asentamientos los encontramos entre las piedras de los puentes y diseminados por varias partes. La primera referencia del municipio se produce durante el periodo musulmán, nombrándose como la Torre de la Higuera. La localidad, como gran parte de la comarca, es conquistada por Jaime I el 22 de abril de 1236 al capitular el rey musulmán sayyid Abu Zayd. Ese día, convertido Abu Zayd al cristianismo y siendo bautizado con el nombre de Vicente, hizo la conocida donación de «castros, villas y alquerías que yo al presente poseo y pueda poseer, que de derecho deben de pertenecer a la sede segobricense», al obispo de Segorbe don Guillermo Eximeno o Gimeno.
Poco después, en 1248, se produce una rebelión de los habitantes de la sierra de Espadán, que seguían siendo musulmanes, capitaneada por Al-Azraq, contando con gran apoyo en Higueras debido a que se encontraba relativamente alejada de las principales rutas de paso.
En 1368 el obispo de Segorbe, Juan de Barcelona, permutó Higueras por la localidad de Navajas a María Sánchez de Lumberri, señora de Higueras, con lo que pasó a ser feudo del Obispado. A pesar de este cambio de manos, la población seguirá siendo mayoritariamente musulmana hasta la expulsión de los moriscos en 1609. Tras ese transcendental hecho, la localidad pasó a depender de la baronía de Ayódar junto con Villamalur, Fuentes de Ayódar y Torralba del Pinar siéndole otorgada la carta puebla en 1611 por don Miguel Jofre, barón de Ayódar.
Tras la desamortización de Mendizábal, y bajo las presiones de otros señoríos, Higueras pierde gran parte de sus terrenos, con lo que el término municipal queda prácticamente igual al que hoy conocemos. Bien entrado el siglo XIX, se producen varios altercados entre la población de Higueras y la lindante Pavías ‒esta última lindaba hasta el límite del casco urbano‒ y ante estas disputas, los señores de ambas poblaciones decidieron cambiar los límites, tal y como hoy los encontramos.
Patrimonio/monumentos:
Monumentos civiles:
Horno mudéjar
Horno mudéjar del siglo XIII; alberga en su interior el Museo del Pan, una de las pocas maravillas de este tipo que se encuentran actualmente en pleno uso tras la restauración. Cada año se enciende durante las fiestas en honor a la Virgen durante el mes de agosto para la elaboración de los tradicionales dulces, los congletes, que más tarde se subastan en público.
Pl. Iglesia, 1. Teléfono 964145546
Lavadero del siglo XIII-XIX
De titularidad municipal, esta obra de ingeniería hidráulica se encuentra en perfecto estado y en funcionamiento tras la reciente reforma, siendo uno de los pocos que quedan en la Comunitat Valenciana. En un principio, estaba descubierto y con la reforma se puso teja. Está dividido en dos partes, con usos diferenciados. La primera, más grande, se utilizaba para lavar la ropa, y la segunda se utilizaba para el lavado de utensilios y menaje.
C/ Fuente, 6. Teléfono: 964145546
Puentes romanos
En Higueras existen dos puentes romanos.
Monumentos religiosos:
Iglesia parroquial consagrada a la Purísima
Situada en la plaza de la Iglesia de Higueras, la fachada exterior de la iglesia es de mampostería con refuerzo de sillares o grandes bloques de piedra en sus esquinas. La puerta adintelada sigue la línea del tejado, que presenta cubierta a dos aguas. En la fachada podemos observar una espadaña que alberga dos campanas. En su interior presenta una sola nave de tres tramos con soportes de pilastras. La bóveda es de cañón con lunetos en la nave para la iluminación del templo. En la cabecera se dispone media esfera en ábside. También presenta un coro de balaustrada de madera. El sotacoro se articula con un arco de medio punto rebajado. En cuanto a su decoración interior, se decora con pilastras con capitel jónico. En la bóveda y en el ábside presenta atributos marianos.