Historia
Vallibona es una población de origen musulmán, aunque conserva un topónimo valenciano de origen latín. Limita con la población de Morella, conquistada por el rey Jaime I de Aragón hacia el 1232. Su primer señor feudal fue Blasco de Alagón, quien concedió la carta puebla en 1271. Su importancia permanecerá marcada por el período de esplendor de Morella en los siglos xiv y xv, gracias al comercio del vino y la lana.
Durante la Edad Moderna se independizó de Morella, concretamente el año 1691. Durante este período su economía y su población crecieron, cosa que se vio reflejada en el aumento de masías por su término municipal, en las reformas barrocas a la iglesia arciprestal e, incluso, en la participación en la guerra de la liga de Augsburgo contra Luis XIV, tal como muestran documentos de finales de siglo xvii.
Con la Guerra de Sucesión la localidad quedó como núcleo austracista, pero poco se sabe sobre el conflicto bélico en el municipio. Solo se sabe que en 1716 el obispo de Tortosa mandó hacer las misas en castellano, acogiéndose al Decreto de Nueva Planta.
Monumentos civiles
Ayuntamiento: Edificio de interés arquitectónico, donde también se encuentra la antigua prisión.
Monumentos religiosos
Iglesia parroquial: Dedicada a la asunción de la Virgen, con un interesante artesonado en la vuelta. Construida en el siglo xiv.
Construida en la segunda mitad del siglo xiii, es la típica iglesia de repoblación, de una única nave, cabecera llana y cubierta de madera a dos aguas con arcos diafragma. La entrada, precedida por un porche, se hace a través de una sencilla puerta dovelada de tradición románica. Al acceder a esta, encontramos un interior barroco, de principios de siglo xviii, cubierto por una vuelta adornada con esgrafiados, que desarrollan un interesantísimo programa iconográfico.
En esta iglesia se celebraron, entre 1411 y 1414, algunas de las reuniones que llevaron a Morella al rey Fernando, al papa Benedicto XIII y a san Vicente Ferrer, para concluir con la división eclesial y papal, conocida como Cisma de Occidente. Probablemente, estos acontecimientos históricos y la importancia de la ciudad de Morella, a la que pertenecía Vallibona, propiciaron la riqueza que irá atesorando la iglesia parroquial y, concretamente, la obra de su techumbre medieval. Descansando sobre los arcos diafragma de piedra se puede observar la techumbre medieval. De madera policromada, la pintura conserva un colorido vivo, en el que predominan el rojo, el amarillo y el verde. Escudos nobiliarios, escenas cortesanas, representaciones bíblicas, animales antropomórficos, flores, grafías cúficas, etc. configuran un artesanado que ha sido considerado como uno de los más relevantes de España y de Europa. Otro elemento valioso de la iglesia, que, aunque es un mueble, está insertado en la estructura, es el órgano, de 1791.
El porche de la iglesia: La iglesia de Vallibona tiene dos accesos. La entrada lateral es la más antigua y conserva un portal de tradición románica, que queda protegida por el porche. Este, además de proteger la entrada lateral, también cubre la calle que rodea la iglesia por este lado. Tiene una cubierta leñosa y se accede a través de dos arcos apuntados situados en los extremos del porche. Tres arcos de la misma traza se disponen en el muro sur. En la fachada de la iglesia podemos encontrar un gran retablo cerámico que recuerda el hermanamiento entre los pueblos de Peñarroya de Tastavins y Vallibona. Es desde este punto de donde parte, cada siete años, la plegaria a Peñarroya de Tastavins, que inicia una peregrinación que se remonta a finales de la Edad Media y que, según se dice, nunca se ha dejado de celebrar, ni tan siquiera durante las guerras. Así pues, como muestra de agradecimiento, los descendientes vallibonenses, acompañados por un séquito de visitantes, renuevan el voto dado a la Virgen de la Fuente volviendo en rogativa hasta la ermita de Nuestra Señora de la Fuente.
Campanario mudéjar: Vallibona tuvo murallas de origen musulmán, de las que hoy solo quedan restos. La torre del campanario era una de las tres torres de defensa de las que disponía la población. Actualmente forma parte de la iglesia parroquial. Esta torre es de planta cuadrada y consta de dos cuerpos. El primero es de mampostería y en su interior se encuentra la escalera de acceso. El segundo aloja las campanas, es de planta ochavada y está construido con ladrillo. La torre se corona con un capitel, de planta octagonal de teja. El campanario, en su conjunto, tiene un fuerte gusto mudéjar. Por lo que respecta al resto de fortificaciones, podemos destacar los restos de la Torre del Molí, situados a pocos kilómetros de la villa, al lado del río Cérvol. Son los vestigios de una torre que parece que ya existía en la época en la que fue poblada la villa y que está situada en el reconocido Molí de la Torre. También, destaca la fortificación del Mas de la Torreta, que es una construcción medieval con una torre para la defensa.